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Green Events: de la
moda a la necesidad

Minimizar el impacto ambiental que supone el desarrollo de un gran evento, que reúne a centenares de personas y que conlleva una importante logística, se ha convertido en una demanda social, una exigencia que trasciende modas y que se instala ya en la esfera de la necesidad.

Aún no es un criterio imprescindible, pero sí que empieza a situarse como una recomendación prioritaria. Diseñar, organizar e implementar un evento de forma que amortigüe los impactos ambientales sociales y económicos negativos e, incluso, deje un legado positivo en la comunidad que lo aloja, no sólo es actualmente deseable y posible sino que a medio y largo plazo se antoja como algo imprescindible. De hecho, algunas agencias y empresas de producción y organización de eventos ya se están preparando y creando herramientas y metodologías de análisis pre y post evento en las que se contemplan muchísimas variables sostenibles.

Según aconsejan ya las principales instituciones de referencia en el sector, así como los organismos competentes a nivel nacional e internacional, el compromiso con la sostenibilidad es un aspecto que debe incluirse en todas las fases del evento, desde la planificación hasta la clausura.

Partiendo de este objetivo, elaborar un plan de sostenibilidad del evento es, por lo tanto, una tarea que se debe acometer, existiendo diferentes guías y documentos que reúnen consejos prácticos para llevar a cabo esta compleja y útil tarea. Como ejemplo, desde la Dirección General de Calidad Ambiental y Cambio Climático se ha elaborado una guía de eventos sostenibles, incluyendo criterios de sostenibilidad en eventos tanto públicos como privados.

De forma práctica, hay una serie de recomendaciones que pueden resultar especialmente apropiadas para lograr que un evento sea lo más sostenible posible, y cumpla con los principales criterios ideales que deben guiar las acciones de responsabilidad social de las empresas encargadas de llevar a cabo estas reuniones. En base a varios encuentros organizados con agencias y empresas de producción (mobiliario, personal, carpas…), se vislumbran una serie de ideas y orientaciones sobre la sostenibilidad en eventos.

En primer término, como recientemente se ha indicado desde “The Economist”, la medición de la generación de CO2 de un gran evento se ha erigido en una urgencia absoluta, pudiendo llegar a ser un objetivo y un indicador central e integrador; por ello, se aconseja incluir en la planificación de cualquier evento algunos de los muchos recursos que existen en estos momentos para para medir y compensar el CO2.

Igualmente, se considera crucial que agencias y empresas de producción también apuesten por compromisos de responsabilidad social y sostenibilidad relativamente sencillos, muy claros y medibles (incentivar el transporte público y sustituir los viajes aéreos por los ferroviarios, donaciones a ONGs relacionadas con la protección del medioambiente, colaboración con empresas de gestión de residuos, contratación con proveedores de centros especiales de empleo, caterings con opciones de comida vegana/vegetariana -con menor impacto ambiental-,…). También se apunta la posibilidad de optar por la realización de pequeños eventos multisede que sustituyan a un macroevento, sobre todo por mantener la dimensión social sin requerir transporte aéreo y por la posibilidad de reutilizar materiales. De la misma manera, se insta a regular mejor los tiempos de montaje, que el mobiliario sea lo último en colocar y que no haya tanta necesidad de taparlo con plástico.

Las medidas a adoptar son numerosas y cualquiera de ellas, cualquier modificación en la preparación de un evento que suponga una ventaja de sostenibilidad, ya estará contribuyendo al bienestar social. El camino a seguir no es sencillo, y menos aún en España, donde la conciencia medioambiental aún se sitúa a la cola de Europa; a modo de ejemplo, en Francia más de la mitad de las agencias y los clientes exigen listados de proveedores y sus acciones sostenibles para tener donde escoger.

Atendiendo a las tendencias actuales a nivel social y económico, la apuesta por la sostenibilidad en la organización de eventos tiende a pasar del carácter anecdótico para convertirse en un pilar esencial sobre el que asentar cualquiera de estos encuentros. No es un lazo que embellece el evento, sino que se aconseja integrar estas prácticas de sostenibilidad como parte esencial del contenido del mismo.

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